domingo, 28 de septiembre de 2014

Algo diferente.

Después de mucho tiempo sin poner nada en el blog, lo retomo con un trabajo que nada tiene que ver con la magia. O si...! Porque si hay algo realmente mágico, es la música. Se trata de la construcción de un bajo eléctrico. Un trabajo difícil y que me ocupó varios meses, no solo por los conocimientos necesarios para trabajar la madera, sino también, por los conocimientos sobre luthería que tuve que adquirir para la fabricación de un instrumento musical. De esta forma retomo la afición por la música que nunca debí abandonar.
Se trata de un Jazz bass pasivo de cuatro cuerdas. Escala 34” y 24 trastes. Cuerpo de fresno y tapa de bubinga arce y wengué. Mástil de cinco piezas de arce y wengué y diapasón de wengué. Pastillas Fender vintage y herrajes Gotoh. Me va a resultar difícil superar esto.










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