La suerte que tienen algunos atrevidos que me encargan algún
artilugio mágico, es que no cobro por horas. Porque si tuviese que contar el
tiempo que paso calentándome la cabeza, haciendo pruebas y desperdiciando material,
mis trabajos valdrían una millonada. Por suerte para ellos, acepto casi todos
los retos y, por suerte para mi, disfruto realizándolos, aunque no siempre el resultado
sea el esperado. Esta es una Mistery box
que, aunque aparentemente normal, tiene alguna particularidad que la hacen muy
especial. Y es que el artista que me la encargó también es muy especial. No
todos los días le llama a uno un premio Ascanio interesándose por su trabajo.
En unos días estará con su nuevo dueño y
ansioso estoy por conocer su opinión. Veremos. Está hecha en Nogal,
madera siempre elegante.