El año pasado ocurrió algo en mi vida de lo que no todo el
mundo puede presumir. Algo que, como el
paso de un cometa, solo ocurre cada cierto tiempo. En este caso, cada 25 años.
Y es que cada vez, hay menos gente que celebra sus “Bodas de
Plata”. Es normal. En mi caso sería hasta comprensible. Que una persona aguante durante tanto tiempo mis manías, tonterías, caprichos varios, y a veces, excentricidades y locuras, pues tiene merito. Mucho merito.
Pero ahí estamos. A por el siguiente paso del cometa.
Para celebrarlo nos hemos regalado unas alianzas acordes con la crisis, y para guardarlas juntitas, he preparado esta cajita. En madera de Arce y Nogal.
Pero esto no tiene nada que ver con la magia…. ¡¡ O sí !!